INTRODUCCIÓN
La visita se realiza al Museo Histórico Nacional el día miércoles 25 de Octubre de
2017 a las 15:30 horas. El museo visitado
alberga parte importante de la historia de Chile. Se encuentra al
frontis de la plaza de Armas de
Santiago, en donde también se puede contemplar la Catedral Metropolitana
escoltada por las esfinges de los cardenales José María Caro y Raúl Silva
Henriquez. Al frente, se encuentra el Correo de Chile, a continuación el imponente edificio del
Museo histórico Nacional y al costado
derecho de éste se emplaza la
Ilustre Municipalidad Santiago. Cuando los españoles llegaron al territorio de
esta nación, se asentaron en este mismo lugar: acá en esta plaza de armas.
Diseñaron su estructura y levantaron estas construcciones: La iglesia y la casa del colonizador español Pedro de
Valdivia: Evangelización y colonización en el mismo lugar. La iglesia ocupa el
mismo espacio desde los tiempos de la conquista; mientras que la casa de Pedro
de Valdivia, luego de su muerte a manos de los indígenas, se transformó en la casa del Gobernador, en la real audiencia y en el Cabildo Colonial. Hoy la casa del Gobernador
corresponde a Correos de Chile, el Cabildo Colonial se transformó en la Ilustre
Municipalidad de Santiago y la Real Audiencia, en el primer congreso nacional y posteriormente
en el actual Museo Histórico Nacional de
Chile.
REAL AUDIENCIA ACTUAL MUSEO HISTORICO NACIONAL
El edificio nace en 1609 como Real Audiencia de
Chile. Es imponente. Tiene una hermosura arquitectónica ya casi en peligro de
extinción. La reconstrucción fue
realizada luego de los terremotos de 1647
y 1730. Posee una torre de 20 metros de altura que alberga siete pisos, por los cuales se ingresa a
través de una escalera caracol. La torre es decorada con un reloj mecánico de
cuatro esferas. La existencia del museo
es advertida por un pequeño letrero de cobre
de unos 50x50 centímetros, con una escueta información histórica y con débil
impacto publicitario. poco indica que en ese edificio se encuentra un museo,
probablemente uno de los más relevantes de la República de Chile. Hay que
detenerse y contemplar con detención
para encontrar el mensaje que anuncia el museo. Al lugar se ingresa por una
amplia y majestuosa puerta: tallada y elaborada en madera fina probablemente de
roble. Es de una belleza inimaginable, hay que verla para apreciarla en toda su
dimensión. La recepción la realiza un guardia, quien junto con saludar,
indica los pasos a seguir para
registrarse con otro funcionario instalado en un pequeño mesón. Se solicita la cédula de
identidad y se indica deja las
pertenencias, tales como bolsos y
mochilas en casilleros de metal implementados para tal fin. No se cobra
entrada.
PRIMERA RECORRIDA
El primer contacto visual es con los antiguos jardines decorados con maseteros y
plantas, asientos y cañones españoles,
una máquina a vapor y los corredores o pasillos coloniales con grandes
ventanales de madera protegidos con rejas de metal. Grandes columnas de
hormigón sostienen el segundo piso. Asientos de piedras. Un mascaron construido
con rocas de cantera para fuente de agua. Por distintos lados se observan
trozos de rocas rudimentarias, probablemente, pertenecientes a la
construcción pretérita de museo. Escudos españoles. El suelo está adornado con
adoquines, propios de los tiempos
coloniales, por donde caminó Bernardo
O’Higgins y el General Argentino José de San Marín. Desde este espacio se
pueden observar los dos pisos que conforman el edificio y la torre con sus siete dependencias
interiores. Durante el recorrido, hay
presencia de guardias de seguridad que vigilan atentamente el desplazamiento de
los visitantes.
a.- Visión general de las
15 salas del museo
Al ingresar al museo, el primer encuentro es con una escalera de piedras autóctonas con un
total de 33 peldaños y una gran fuente de agua colonial. Se observan ocho
imponentes vigas de roble. Dispone de 15 salas, que reúnen vestigios arqueológicos: piezas militares,
obras artísticas y antigüedades religiosas. Se encuentran utensilios de pueblos recolectores y cazadores; además
de muebles, vestuarios, armamentos y objetos diversos de los conquistadores
españoles. Al recorrer las distintas salas se aprecia con fuerza el vigor y coraje indígena, la
elegancia de las familias españolas, sus máquinas de coser, sus carruajes, el
vestuario y joyas. Se perciben sus costumbres. Las diferentes salas, lo que
hacen es mostrar las distintas
transiciones por las que ha avanzado Chile; desde los pueblos primitivos hasta
la sociedad actual. Es un recorrido por la
historia de Chile: sus principales hitos, sus presidentes, las convulsiones
sociales, la minería, la reforma agraria, los conflictos con Bolivia, Perú y
Argentina. El Gobierno Socialista de Allende, la dictadura de Pinochet, el
plebiscito de 1988, la transición democrática: Aylwin, Frei, Lagos, Michelle
Bachelet, Sebastián Piñera. Este museo muestra al Chile de ayer.
b.- Sentir el museo
Primera exploraciónNombre de la Sala: La sociedad colonial
Problema 2: Escasa difusión
En este museo se puede navegar por la historia y
conocer las distintas epopeyas e hitos: la imprenta, los primeros gobernadores,
sus mascotas. Se entremezclan flechas y fusiles, lanzas y sables, piedras y
cañones. Zapatos de monjes, cruces, campanas, fotografías de obispos, biblias,
pinturas, libros. En este recorrido, se vuelve al pasado: es trasladarse y
perderse a los tiempos de la colonia, en cuyos objetos se dibujan a los
españoles ingresando por el océano pacifico o cruzando la cordillera de los Andes,
evangelizando, destruyendo, matando. La
mirada se pierde y es como retroceder en el tiempo en donde se puede
observar los hábitos de los curas, los
ponchos de los españoles , sus caballos, sus carruajes, sus utensilios, sus
primeras construcciones, sus iglesias,
sus santos, los escribanos, las actas reales, las encomiendas. Es navegar por ese mundo de conquistadores. Es
conocer su historia, sus aportes y sus crímenes.
En este museo, la religiosidad
brota desde los poros de cada ladrillo y cada piedra. A ratos uno se siente
monje o colonizador. En estos muros está
parte de la historia de Chile. Al caminar por las 15 salas uno se empapa de pasajes con hombres y mujeres de España que llegaron a nuestra américa a escribir la historia y la historia está
presente en cada rincón del museo. En estas salas se ocultan los misterios ancestrales que cada
visitante trata de descifrar.
II.- DETENIDO EN UNA SALA.
La visita a esta sala se caracteriza por la música ambiental del siglo
XVIII. Muros pintados de blanco, el suelo cubierto con piedras gruesas en semi
elaboración, cielo con grandes vigas de madera nativa construidas casi en forma
artesanal. En el lugar existen
objetos, recreaciones y maquetas. Se
percibe la vida de los españoles y criollos. Se aprecian algunas actividades de
la época como la agricultura, la minería y el comercio. Es posible distinguir el mestizaje y los
alimentos españoles combinados con productos y técnicas indígenas, los objetos
y las actividades que se realizaban. También se observa la división de clases
sociales, con presencia de colonos de vestimentas finas, elegantes; mientras
que otros colonos se distinguen por su sencillez: vestuarios modestos.
En esta sala se observa un gran globo terráqueo que
da cuenta de ese hecho histórico, cuando
Cristóbal Colón, convenció a los reyes
de España para viajar navegando por un océano que veía indomable. Al interior
de una vitrina con grandes cristales se encuentra una maqueta de la “caprichosa”: una fragata de
madera con siete velas. En una esquina, un baúl negro vigilado por un inmenso
fresco con la imagen de Cristóbal Colón.
Ese Fresco del año 1849 pertenece al artista Alejandro Cicarelli. En las
paredes cuelgan distintos retratos: Hernando de Magallanes, Diego de Almagro, Pedro
de Valdivia, Felipe II Rey de España, García Hurtado de Mendoza, Inés de Suarez. Estos son los primeros españoles que pisan tierra
Chilena. Un inmenso fresco retrata el momento histórico cuando es capturado el
combatiente indígena Caupolicán, quien dio la vida por defender el territorio
invadido. Otro espacio, grafica la
iglesia y el Estado. Al observar, se
siente como ingresando a una iglesia: un altar de capilla construida en mármol
con cuatro columnas de madera talladas con diminutas imágenes de una belleza
inexplicable. Cerca del púlpito se distinguen dos sillones: sitiales
coloniales. En un extremo de la sala se ubican 3 campanas de 1762, que probablemente por muchos años convocaron a
los primeros colonos a cumplir con la disciplina religiosa: disciplina rígida e
inquisidora. Por distintos lados, se encuentran utensilios de misa:
incensarios, custodias, sahumadores, estandartes españoles.
La sala también es rica en utensilios, herramientas y armamento colonial: espadas,
frenas para animales, baúles de cuero y madera tallada, hermoso bracero de
bronce. Una lámpara, también de
bronce, que se abraza a una viga de
roble y cae majestuosamente con sus ocho
velas iluminando la escena que muestra
la vestimenta de una pareja de españoles o criollos cuyas esfinges retratan rostros elegantes,
propios de una sociedad que ya comenzaba
a evidenciar las primeras diferencias en
las clases sociales. En el otro extremo de la sala, frente a frente se
encuentra una mujer humilde, con vestimentas sencillas, cocinando en un fogón a leña elaborado con paja y barro. Presencia de tinajas,
piedras de moler trigo, morteros, ollas de cobres, cuelgas de ajíes y ajos,
canastos, condimentos, calabazas adaptadas como cucharones o jarrones. Se
aprecian tijeras antiguas, cortinas, espejos con decoraciones, naipes.
En el recorrido, destaca un hermoso armario de madera tallado. En los
pies de este armario se encuentran dos impecables cabezas de perro tallados en
madera. Es una hermosura fina y elegante. Al interior de este armario se ven
mates, copas de plata. También se
distinguen en la sala; en una especie de ventanales con grandes cristales:
monedas de plata, balanzas y monteros.
En un rincón se emplaza una caja de caudales con distintos detalles y
delicadezas decorativas: es una verdadera caja fuerte construida con hierro, madera y bronce. Tan atractivo como el armario también se
emplaza una gran repisa o ropero con distintas puertas talladas. La sala finaliza
con una exhibición de la sociedad del S.
XVIII: sombreros, estribos, fustas; lo que da cuenta sobre la importancia del
caballo como medio de transporte y trabajo. Se distinguen atractivas mesas de
arrimo. Hasta la campera de Ambrosio O´Higgins del 1780 se encuentra impecable
con cola y 14 botones dorados y diseñados en lana e hilos metálicos. Sillones
(canapé) adornados con finas telas de la época.
Al salir de la Sala, se finaliza el recorrido con un espacio
destinado a las ideas de libertad, donde se encuentran: brújulas, catalejos,
escudos y distintas placas de oficiales elaboradas en lana e hijos de metal. También
está la primera bandera chilena. Un fino piano de 1830 de Ramón Carnicer. Un
sofá de 1830. Un gran oleo de 1878 con la imagen del patriota legendario José
Miguel Carrera. Bajo su retrato, los
grilletes de hierro que en
1820 tuvo que usar en su cautiverio. La
historia extraoficial relata que la muerte del general Carrera fue mentada por el propio Bernardo O´Higgins. Javiera
Carrera, también deja parte de sus huellas en este museo: Sus zapatos, la cartera, el pasaporte. Y O’Higgins, continúa estando presente: se encuentra su timbre: sello que lleva impresa la propia
imagen del primer Director Supremo de Chile, pero también ahí está el bastón de
mando regalado en 1924 por el mismísimo Simón
Bolívar: bastón construido en madera,
bronce y oro.
CINCO CUESTIONES
PROBLEMÁTICAS
Problema 1: Ausencia de
un programa para guiar y acompañar
El museo se caracteriza por
disponer de un alto número de guardias de seguridad que vigilan en forma
permanente el desplazamiento de los visitantes y cuyo rol es velar por la
integridad de las distintas colecciones y objetos exhibidos, careciendo de los
recursos personales para guiar y
acompañar a los visitantes. Al recorrer el museo, el que visita se siente observado, perseguido
y controlado frente a la mirada atenta y
cautelosa de estos guardias que visten impecable pero que se observan distantes
y fríos, poco cercanos y poco
tolerantes.
En el frontis del edificio existe un pequeño letrero que da cuenta de la
existencia de un museo. Letrero difícil de identificar y visualizar. Quien
ingresa al establecimiento lo realiza por consultas que efectúan a los
transeúntes o bien por indicaciones o información externa. Para el común de la
gente, el edificio atrae la atención por su belleza arquitectónica pero nada hace presumir que en aquel lugar se
guardan reliquias históricas relevantes de Chile. Un turista nacional o
extranjero que no cuente con antecedentes previos del lugar, caminará por sus
alrededores sin percatarse de la existencia del museo, sin
detenerse a observar. No existen elementos gráficos ni sonoros
significativos que inviten a visitar el espacio.
Problema 3: falta calidez en la recepción
Al ingresar al museo, el visitante se encuentra con un
guardia, quien saluda en forma protocolar, sin dibujar una sonrisa ni mirada
cercana. Indica con su brazo el lugar para inscribirse y dejar el equipaje. En
esa dependencia se encuentra otro recepcionista, de poca amabilidad, quien
proporciona escueta información, limitándose a registrar los datos de identificación e informar que no
se puede ingresar elementos prohibidos, tales como alcohol, armas, entre otros.
No es una buena recepción, ya que impresiona que el visitante ingresa a una
institución militar, dada la rigidez y
conducta institucional del recepcionista.
PROPUESTA
Frente a los problemas identificados, se propone
abordar el de mayor impacto y que se
refiere a la carencia de un circuito guiado al interior del museo que permita conocer los detalles, en forma
lúdica y pedagógica, sobre cada espacio
y objetos exhibidos. El primer contacto con el museo, que es el ingreso, implica una dificultad,
dada la escasa o débil difusión que invite a conocer las dependencias. Por lo
tanto, también se propone la elaboración
de un letrero gigante (gigantografía)
para ser desplegado desde la torre del Museo. A ambos lados: una gigantografía
luminosa en forma horizontal y otra
gigantografía en forma de pendón instada verticalmente con el fin de atraer al
público. Para llevar a la práctica la idea de crear un circuito guiado, se
presentará un proyecto solicitando recursos para su financiamiento a la
Dirección Nacional de bibliotecas, archivos y museos (DIBAM), para lo cual será
importante - en la etapa de planificación-
conocer las opiniones del público
que visita o podrían visitar el museo.
Evaluación previa: En primer lugar, se propone elaborar un cuestionario con
preguntas dirigida a los potenciales visitadores del museo o bien a los
visitantes actuales, los que podrían
proporcionar los insumos necesarios para la elaboración de la propuesta. Este
cuestionario incluirá preguntas que midan las siguientes cuestiones: las
percepciones, el interés, los objetivos, los paradigmas, entre otros. Esto permitirá
tener un conocimiento amplio para desarrollar la propuesta. Algunos ejemplos de
preguntas podrían ser: ¿Cómo percibe usted el Museo?, ¿Qué emociones le provoca?,
¿Qué le ocurre al visitar el museo?,
¿Enumere las sensaciones al ingresar. ¿Qué siente con los colores del museo?, ¿Con la Forma?, ¿Con la distribución de los
objetos?, ¿Con los aromas?, ¿Con los sonidos?, ¿Con las personas?, ¿Es lo que usted pensaba
del museo?, ¿Qué espera usted del museo?, ¿Qué piensa que le falta?, ¿Qué
modificaría?, ¿Qué incluiría?, ¿Por qué eligió este museo?, ¿Era lo que le
habían comentado?, ¿Qué lo motivó a venir a este museo?, ¿por qué lo eligió?
La aplicación de este cuestionario, a través de las preguntas indicadas
y con otras que se formulen, permitirá planificar en forma adecuada el circuito
guiado. A través del cuestionario se conocerán las falencias del recinto; así
como el real interés y conocimientos
previos del museo y de lo que la gente espera de este recinto histórico.
Evaluación formativa: En esta fase de prueba, se forman los equipos de trabajo, se prepara
el museo para recibir al público que previamente se ha inscrito a través de un
portal web o a través de las redes sociales o bien inscribiéndose directamente
en las dependencias del museo. Se delimitan las áreas del recorrido. Se
realizan pequeños ensayos, se afinan las
reseñas y diálogos del guía. Se chequea la minuta del recorrido, se contestas
preguntas de los guías. Se afinan todos los detalles de las 15 salas. Es decir,
que los diferentes objetos tengas sus
respectas especificaciones y referencias. La idea es que exista música
ambiental, se mejore la iluminación y los guías concentren su discurso en los
objetos y hechos históricos de mayor relevancia.
Evaluación sumativa: El recorrido comienza a las
9 de la mañana con el saludo de los
guías a los distintos grupos asignados. Se ofrece un café con galletas de
bienvenida, se realiza un registro de las identificaciones de las visitas, se
proporciona hojas y lápiz. Se entregan las indicaciones preliminares a los
visitantes: vías de evacuación, acceso a los servicios sanitarios, horarios,
entre otros. Luego se realiza una introducción respecto a los objetivos y
actividades de la visita. Se contestan preguntas, para posteriormente comenzar el recorrido con
la siguiente planificación:
PRIMERA RECORRIDA: Sentir el museo
1.- Exposición histórica. Se inicia a las 9:30
horas con la exhibición de un video
promocional del museo en donde se entregan con los antecedentes históricos del recinto, con un recorrido virtual de las distintas
instalaciones
2.- Primera recorrida. Se inicia a las 10:00 horas
con un viaje mágico por las 15 salas del
museo, explicándoles a los visitantes que en este recorrido se intente sentir
el museo y se consulten generalidades.
Se puede avanzar en forma individual o
en grupos. La idea de este recorrido es conectarse y vivir un momento de
intimidad.
3.- Almuerzo típico chileno. A las 13:00 horas se
iniciará el almuerzo, que consistirá en
un plato criollo con empanadas y cazuela. De postre un vaso de mote (trigo) con
huesillos (duraznos secos). Este almuerzo se encontrará acompañado de música en
vivo con un conjunto folclórico el que interpretará tonadas y cuecas.
4.- Continuación del recorrido hasta las 16:00
horas.
DETENIDOS EN UNA SALA. Observar en detalle.
Desde las
17:00 hasta las 18:00 horas, se inicia la última fase de la visita
guiada. En esta etapa final, los visitantes
observan en detalle una sala del museo y profundizan. Los guías narran
los antecedentes relevantes del espacio seleccionado y responden a las
consultas de los visitantes. Finalizado el recorrido, un comunicador social con
un equipo de filmación graba una pequeña entrevista a los visitantes, quienes
son consultados respecto a su experiencia en el recorrido al museo.
Paralelamente, las visitas contestan una breve pauta de evaluación sobre la
satisfacción de la visita guiada.
Evaluación correctiva: En reunión de equipo, se analizan las pautas
de evaluación y el video que registra las experiencias vividas por los
visitantes y de ser necesario se corrigen
los problemas detectados en la práctica.
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