Por Juan Carlos
Márquez Mora (Chile). Licenciado en Trabajo Social Universidad de los Lagos.
Diplomado internacional en Derechos Humanos y empresas en Fundación Henry
Dunant - América Latina. Actualmente cursa maestría en ciencia, tecnología e
innovación.
Realizaron experimentos con humanos, a pesar de las advertencias sobre
daños testiculares
No es la fuente de la
juventud ni la máquina del tiempo, menos la presencia de extraterrestres que
trasladan a seres humanos a otras galaxias para experimentar con sus vidas, sino que se trata de un hongo silvestre que
posee una molécula capaz de retrasar el envejecimiento: Rapamicina es el
fármaco derivado del hongo, el que ya ha sido utilizado con pacientes
trasplantados de órganos; mientras que en adultos mayores fue utilizado en un
estudio para medir la capacidad de respuesta inmune, logrando aumentar los
anticuerpos en un 20 y 25%.
La historia de este hongo de la especie Streptmyces hygroscopicus, se
remonta al año 1975 en isla de Pascua.
Este archipiélago perteneciente a la región de Valparaíso de Chile, recibe habitualmente a sus
visitantes en el aeropuerto de Rapa Nui con bailes exóticos, jugos tropicales,
coronas y collares de flores, comidas
típicas en base a mariscos: centollas, jaibas y
langostas. En esta isla se respira aires de juventud y vitalidad. Este
fue el ambiente con el cual se encontró un grupo de ejecutivos de la farmacéutica Wyeth de los Estados Unidos en 1975, cuando
arribaron a Rapa Nui en un viaje de turismo; sin imaginar que con los años, los
restos de vegetales y tierras que llevaron en sus mochilas contenía una sepa
del hongo, el que posteriormente se transformó en el fármaco denominado Rapamicina, el
que se utiliza para impedir el
rechazo en el trasplante de órganos y de médula ósea y cuyos experimentos
podrían prolongar la juventud en los seres humanos.
El chileno Felipe Sierra, doctor en bioquímica molecular y biología
molecular en la universidad de Florida y director del instituto nacional de
envejecimiento del departamento de salud y servicios sociales de los Estados
Unidos, dio a conocer la noticia en el congreso
futuro, efectuado en Santiago de Chile en Enero del presente año “ya se han realizado estudios con ratones de 38 meses. Los ratones con dicho fármaco lograron
vivir un 40% más”. El experto, no solo
ratificó el hallazgo de la prolongación de la vida en los ratones del estudio,
sino que además señaló que ya se han realizo experimentos con seres humanos “tomaron
adultos mayores y les dieron rapamicina por 3 meses. Entonces, los viejitos se vacunaron contra la influenza y tres meses después les midieron los niveles de anticuerpos y
resultó que la rapamicina, les había aumentado la capacidad de respuesta a la
vacuna con un 20 a un 25 % que es espectacular”.
Por otro lado, el Dr Mikhail Blagosklonny, del Roswell Park
Cancer Institute de Nueva York, sobre los motivos o temores que existirían para no utilizar rapamicina como un
medicamento contra el envejecimiento, señaló que “La mayoría de los
gerontólogos son muy ignorantes. No hay educación médica básica”. Por su
parte, Sierra indicó
que existen riesgos para prescribir el fármaco a los humanos, especialmente por
la deformación testicular que la droga produce. ”En ratones es 100%. No hay más
testículos”, sentenció Sierra, para luego profundizar que en los ratones del
estudio existieron otros efectos negativos “uno era cataratas en los ojos, el
otro fue resistencia a la insulina”. Según Sierra, en la rapamicina aún
falta “mejorar sus capacidades: mejorar que se secreten
mejor, que se absorban mejor, que tenga un efecto más específico sobre el
tejido blando. Ese es el trabajo que aún no se ha hecho con la rapamicina”.
Entonces, la interrogante que queda aún sin respuesta es
¿por qué se está empleando la rapamicina en los seres humanos si este fármaco
podría provocar daños colaterales? ya científicos norteamericanos demostraron
en laboratorios que dicho fármaco alivió los daños causados por el envejecimiento en el ADN de células
pertenecientes a niños que sufren síndrome de Hutchinson-Gilford o progenia, lo
que ocasiona que estos niños envejezcan con rapidez, alcanzando una vida máxima
de 13 años, para luego fallecer producto
de patologías propias de la avanzada
edad. También se han realizado estudios
por la universidad de Texas, logrando disminuir los efectos del mal de Alzheimer al reducir
los niveles de una enzima responsable de
la pérdida de la capacidad de aprendizaje y memoria; a lo que se unen los hallazgos manifestado por
el Doctor Sierra respecto a la utilización de rapamicina en personas de la
tercera edad y a los tratamientos utilizados con dicho fármaco en los pacientes
trasplantados de órganos y médula ósea. ¿Esta gente presentó deformación
testicular? Sierra afirmó que la deformación testicular en pacientes aún no se
ha medido. "No sé qué va a pasar", deslizó. En definitiva, si la rapamicina se está utilizando en los seres humanos ¿por qué no
se han realizado los estudios sobre los efectos colaterales? O simplemente, ¿el
doctor Blagosklonny tiene razón y el fármaco no se utiliza por ignorancia de
los gerontólogos?
Finalmente, Sierra concluye
que en lo personal nunca ha
consumido rapamicina, su estrategia para aumentar la longevidad es “reír
mucho”, lo que acompaña con una buena copa de vino chileno.
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