domingo, 18 de junio de 2017

“Efectos provocados en la economía familiar de mujeres recolectoras de orilla



Por Juan Carlos Márquez Mora (Chile). Licenciado en Trabajo Social Universidad de los Lagos. Diplomado internacional en Derechos Humanos y empresas en Fundación Henry Dunant - América Latina. Actualmente cursa maestría en ciencia, tecnología e innovación.




Presentación

La contaminación de las empresas salmoneras en Chiloé, unido a la marea roja ocasionó efectos negativos en la economía y en la dinámica productiva de Chiloé, especialmente entre pescadores y empresas explotadoras de bivalvos, provocando despidos e imposibilidad de explotación de productos del mar. Es por ello, que uno de los grupos más afectados y menos conocidos son las mujeres de Castro que se dedican a diario a la recolección de mariscos en las orillas del mar, aprovechando las mareas bajas.
Es así, que esta investigación consiste en conocer la experiencia que enfrentaron las recolectoras de orillas de la comuna de Castro durante la crisis que por varios meses afectó la isla de Chiloé; para tal propósito se procedió a entrevistar a 3 de estas recolectoras, quienes comercializan sus productos en la feria libre de Castro.

Capítulo I. Antecedentes del problema
1.3 Problema de investigación
La contaminación atribuida a las empresas salmoneras en Chiloé durante el año 2016, unido a la marea roja provocó daños en la economía y procesos productivos de la isla de Chiloé, viéndose afectada toda la comunidad chilota, pero especialmente los pescadores artesanales; dado que la autoridad decretó prohibición de extraer productos del mar. Dicha situación, generó como reacción la paralización de todas las actividades cotidianas del archipiélago, provocando despidos y desabastecimiento por varios días. Dentro de los grupos más afectados y menos conocidos se encuentran los recolectores de orilla, especialmente las mujeres que comercializan sus productos en la feria libre de Castro.
1.4 Identificación del problema
Dentro de los más afectados durante el periodo de prohibición de extracción de mariscos en Chiloé, como efecto de la marea roja y de la contaminación del mar, se encuentran los recolectores de orilla, especialmente las mujeres que comercializan sus productos en la feria libre de Castro. Estas recolectoras en su mayoría son sostenedoras de sus grupos familiares y logran satisfacer las necesidades básicas, a través de la venta diaria de sus productos recolectados. Dichas trabajadoras del mar son personas informales, no inscritas en los registros de pesca y no fueron beneficiadas con ayuda del Estado durante el periodo de crisis ambiental.
1.5 Pregunta de Investigación
 ¿Qué efectos provocaron en la situación económica y familiar de las mujeres recolectoras de orillas de Castro la contaminación ambiental de las empresas salmoneras y cómo lograron reconvertir su fuente laboral para la subsistencia familiar durante la crisis decretada en la Isla de Chiloé en mayo del año 2016?
 1.4 Objetivos de Investigación
 1.4.1 Objetivo General
Describir los efectos provocados en la economía familiar de las mujeres recolectoras de orilla de la comuna de Castro, producto de la marea roja y de la contaminación ocasionada por las empresas salmoneras de Chiloé.
 1.4.2 Objetivos Específicos
a.- Conocer el detalle de las actividades y productos extraídos por las recolectoras de orilla
 1.4.2.2 Identificar las zonas de extracción de mariscos
 b.- Describir los efectos en la situación familiar una vez decretada la prohibición de extracción de bivalvos
c.- Conocer la opinión de las recolectoras de orilla respecto a las movilizaciones de los pescadores y de la ayuda otorgada por el Estado
d.- Determinar si las recolectoras de orilla se encuentran inscritas en los registros de pesca y si fueron beneficiadas con el bono que el estado entregó a los afectados de Chiloé
1.5 Supuesto Investigativo
Las mujeres recolectoras de orillas comercializan sus mariscos en pequeños puestos ubicados en la feria libre y en el mercado de Castro. En su mayoría son mujeres de avanzada edad, dueñas de casas y sostenedoras de sus grupos familiares. Sin embargo, una vez decretada la marea roja y los daños derivados de la contaminación de las salmoneras, estas mujeres vieron interrumpida su actividad laboral ocasionando un impacto adverso en el bienestar familiar, ya que la gran mayoría de estas trabajadoras son vendedoras informales no inscritas en ningún registro. Por lo tanto, no son beneficiarias de los bonos que el Estado otorgó a los pescadores de Chiloé para paliar la crisis de la marea roja.
Capítulo II. Marco Teórico Referencial
2.1 Referentes teóricos
2.1.1 Antecedentes históricos de los recolectores de orilla
La ley 20.187 define como recolectores de Orilla a “persona que realizan actividades de extracción, recolección o segado de recursos hibrobiológicos” (ECONOMÍA, et al., 2007), mientras que para Sernapesca son “Trabajadores ocasionales o permanentes que se dedican a la extracción de recursos marinos, los que pueden o no estar asociados a un sindicato” (Santelises, 2016).
En términos históricos, al recabar antecedentes sobre el poblamiento de la Isla de Chiloé, existen indicios de que la isla fue habitada en sus orígenes por poblaciones de cazadores recolectores marítimos. El primer antecedente al respecto data del año 1930, con el descubriendo de (Bird, 1938) ”grandes conchales alrededor del golfo de Reloncaví y a lo largo de la costa este de Chiloé“, lo que indicaba que en sus orígenes los primeros habitantes de la isla eran recolectores dado los grandes conchales encontrados en distintas zonas, muchos de los cuales aún existen
Así mismo, en estos descubrimientos, “destaca un conchal a la orilla del río Gamboa en Castro” (Garretón, 1972/1973), cerca de los actuales palafitos, que dan cuenta de recolectores prehistóricos de mariscos en dicho lugar.
Ahora bien, con el transcurrir de los años esta actividad artesanal de recolección de mariscos va enfrentando dificultades, hasta quedar reducida a un mínimo de personas que aun desarrollan el oficio heredado por sus ancestros. Por lo tanto, es importante profundizar en los orígenes del problema que enfrentan los recolectores de Orilla de Mar de Chiloé, los que se vieron fuertemente impactados con la crisis ambiental que se produjo en la isla en el mes de mayo del 2016, por la contaminación de las empresas salmoneras.

2.1.2 Orígenes del extractivismo en Chiloé
¿Cómo las empresas transnacionales productoras de salmones logran instalarse en los mares de Chiloé y explotar sin mayor control sus riquezas naturales? Pues bien, uno de los orígenes de esta realidad se centra en el lucro, que es una máquina con un gran motor capaz de movilizar a los inversionistas desde los sectores más apartados del mundo. Este movimiento lucrativo, en muchas ocasiones avasallador con la naturaleza, con el recurso humano y con los valores morales; es lo que se encuentra arraigado en la esencia del capitalismo y por lo tanto, en estas empresas salmoneras que por más de 25 años han operado en las aguas de Chiloé, con débiles controles sanitarios por parte de las autoridades responsables. Por lo tanto, el lucro es el responsable principal de la movilidad y del dinamismo que ha caracterizado a las empresas capitalistas durante su historia: Aumentar las utilidades, bajando los costos de producción, es lo que lleva al empresariado a deslocalizar sus empresas, a través de filiales o sucursales que se instalan en lugares periféricos privilegiados ubicados en países con economías más incipientes, pero que son adecuados para el desarrollo de la producción y del emprendimiento a gran escala, con gran rentabilidad, pero con bajo costo de producción (Calderón, 2004). Es acá donde ingresa con toda su fuerza a operar el extractivismo, concepto que se refiere a la “forma de organizar la economía de un país, basado en una alta dependencia de la extracción intensiva en grandes volúmenes de Recursos Naturales, con muy bajo procesamiento y destinado para su venta en el exterior” (CASA, 2015). El extractivismo, no tiene límites y ejerce su dominio territorial sobre los recursos naturales, hasta el agotamiento o exterminio: “Se elimina un recurso (minerales, petróleo, agricultura, ganadería, silvicultura, etc.), luego se vende en el mercado, por lo general internacional “(Hébert, 2013).
Ahora bien, por qué el extractivismo no permite alcanzar el bienestar de las comunidades, como en el caso de las recolectoras de orilla de Chiloé? Principalmente, esto ocurre por las consecuencias avasalladoras de las transnacionales y sus impactos medioambientales, que impiden que otras áreas productivas se desarrollen, principalmente de aquellos que ejercen un oficio en el mar. Esto ha llevado a instaurar “procesos de colonización de la naturaleza -o actividades que alteran deliberadamente los sistemas naturales con el fin de hacerlos más útiles a la sociedad” (Mondaca, 2013), pero que repercuten en el entorno, en la cultura y en el desarrollo de las pequeñas comunidades.
De acuerdo a lo precedente, Chile logra una gran atracción en la economía mundial a partir de la instalación de la Dictadura Militar y específicamente con la promulgación del D.L. 600 de 1974, órgano legal que otorga amplias facilidades y condiciones, con extremas garantías y privilegios a las empresas extranjeras para que inviertan en el país: Franquicias aduaneras, exención de
impuestos, liberación de derechos de internación , derechos consulares, rol de aval del Estado para el Crédito externo, entre otros Esto incentivó a multinacionales y transnacionales para que hayan emigrado y deslocalizado muchas de sus empresas salmoneras y de bivalvos en el Sur de país, especialmente en Chiloé. (Ministerio de Economía, 1974). Es así que la dictadura de las Fuerzas Armadas dirigidas por economistas neoliberales “desplegaron un tratamiento de shock sobre la ciudadanía dando comienzo a un experimento que convertía a Chile en una especie de laboratorio económico mundial que terminaría por consolidar al modelo neoliberal capitalista como la principal herencia de la dictadura militar” (Mondaca, 2013). De este modo las empresas trasnacionales se instalaron en los mares de Chiloé gozando de una institucionalidad con múltiples regalías, especialmente débiles impuestos e internación de maquinarias y tecnologías con franquicias aduaneras; además de contar con regalías tales como retornar sus capitales y reinvertir sus utilidades, deslocalizando sus actividades productivas desde sus naciones de origen. Entonces, el extractivismo, se ampara en un marco jurídico que les ha facilitado a las empresas la extracción de los recursos naturales hasta el agotamiento o extinción y cuyo origen data desde los primeros días del Golpe Militar “desestatizar la economía y ceder su funcionamiento a los mecanismos espontáneos del mercado“ (Mondaca, 2013); todo ello, con el fin de imponer un modelo económico, en donde el Estado cede al capital foráneo gran parte de sus riquezas naturales. “Es así como, protegidos por las armas y la tortura, fueron desplegando un nuevo modelo económico donde el repliegue del Estado en la esfera económica se llevó a cabo principalmente mediante la privatización de las empresas públicas y la desregulación de los mercados” (Mondaca, 2013). Es en este contexto, en donde debe convivir la ciudadanía: con el capital y con las empresas salmoneras deslocalizadas.
2.1.3 Contaminación de las salmoneras en el mar de Chiloé
En el mes de mayo y junio del año 2016 lo que afectó a Chiloé fue que más de 23 millones de salmones se encontraban muertos y en descomposición en jaulas de las costas chilotas. Dicha mortandad tenía su origen en 38 centros de cultivo pertenecientes a 14 empresas salmoneras, las que reportaban que dicha mortandad tenía sus orígenes en la“floración de algas nocivas para estos peces”. La información que proporcionaba la industria salmonera era que la presencia de estas algas fue consecuencia de los altos niveles de contaminación con fósforo y nitrógeno “consecuencia de la descomposición de fecas y alimento no consumido, a lo que se suman entre otros factores, las altas temperaturas, la disminución de oxígeno disuelto en el agua y el aumento de la luminosidad.” (Cardenas, 2016).
Esta era la segunda gran crisis ambiental de la empresa salmoneras y tal como ha sucedido en el pasado, los empresarios y las transnacionales salmoneras no se responsabilizaron del daño ocasionado, transfiriendo los costos ambientales, sanitarios y sociales al Estado chileno.

La emergencia sanitaria que afectó a Chiloé, producto de “ ácido sulfhídrico” , dada la gran descomposición de salmones, fue consecuencia del accionar de las empresas salmoneras “ utilizando al océano Pacífico que circunda la isla de Chiloé como vertedero industrial”. (Cardenas, 2016). Sin embargo, el daño ambiental que ha impactado a Chiloé, no ha significado un costo económico para las empresas salmoneras ya que éstas cuentan con seguros gubernamentales por los peces muertos, cobrando cifras millonarias al Estado chileno.
Según informes de SERNAPESCA, como consecuencia del Florecimiento Algal Nocivo (FAN) de la especie denominada Pseudochattonella sp., “se afectaron 45 centros de cultivo de siete Agrupaciones de concesiones de salmones” (Núñez). La principal especie afectada fue el Salmón del Atlántico representando el 94% del total de la mortalidad. Dicha situación se debió a que el salmón del Atlántico prefiere temperaturas de 4 a 12°C, pudiendo permanecer periodos breves a temperaturas más bajas o altas (Bigelow, 1963). Por lo tanto, esta especie no fue resistente al aumento de las temperaturas que afectaron al mar de Chiloe durante el presente año, a lo que se unió la falta de luminosidad y al ingreso de residuos algares a través de las agallas de los peces, entre otras razones.
“Las empresas señaladas son: Blumar, Camanchaca, Salmones Austral, Marine Harvest, Salmones Austral, Salmones Humboldt,Marine Farm; y AquaChile, Aguas Claras S.A, Granja Marina Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina MercanteTornagaleones, Trusal S.A; Mar Ventisqueros S.A; Australis Mar S.A, estas últimas seis a quienes se les sindica de los vertimientos directos al mar” (Núñez, 2016).
Es así, que con fecha 3 de marzo, la empresa SalmonChile solicita a la Autoridad Marítima arrojar al mar más de 11 mil 600 toneladas de salmones muertos, reportando en la solicitud que “las plantas procesadoras ya no daban abasto y que preferían lanzarlas al mar dada las graves consecuencia en la salud de las personas si dicha mortandad era depositada en vertederos terrestres“. (Núñez, 2016).
La Autoridad Marítima dictó la Resolución DGTM Y MM ORD.N°12.600/05/114 VRS con fecha 04 de marzo de 2016, que otorgó “permiso para efectuar vertimiento de emergencia de desechos de pescado en la jurisdicción de la Gobernación Marítima de Puerto Montt, estableciendo como cantidad autorizada 9.000 toneladas de recursos” (Núñez, 2016). A esto se agregó la transnacional Marine Harvest, empresa que también se vio involucrada en la contaminación del mar de Chiloé.
Transcurridos un par de meses desde que las empresas salmoneras arrojan sus desechos al mar se produce la crisis ambiental con la aparición de animales muertos a las orillas del mar tales como aves, peces, mariscos y lobos marinos, entre otros.

Ahora bien, una vez desatada la crisis ambiental, el Estado de Chile no solo indemnizó a la industria salmonera por sus pérdidas, sino que además asumió una postura de intransigencia frente a las demandas de la ciudadanía, realizando débiles esfuerzos para investigar y reconocer el origen de la emergencia sanitaria. Dicha situación podría tener su explicación en que “Chile es el principal exportador de salmón en la zona del Pacífico suroriental generando más de 800 mil toneladas de este producto cada año, de los cuales el 98 por ciento es destinado a exportación” (Medina, 2016), por lo tanto, realizar un reconocimiento de esta envergadura significaba afectar una de las principales actividades económicas del país; generando con ello, incertidumbre en el mercado internacional.
Según Liesbeth van den Meer, de la fundación Océano. “Desde 2007 y luego de la crisis del virus ISA, las compañías comenzaron a usar más antibióticos para combatir enfermedades que atacan el salmón. Un tema que tampoco ha sido regulado y cuyas consecuencias en el medioambiente se desconocen, porque no existen estudios que midan este impacto” (Medina, 2016). En tal sentido, la utilización de antibióticos supera en 500 veces a los empleados a la industria de Noruega.
En definitiva “Las pisciculturas son generadoras de alimentos artificiales para los peces en desarrollo, en donde los no consumidos o trasladados se expanden” (Mapuches, 2016), a lo que se suma las fecas, la orina, el uso de antibióticos y finalmente las miles de toneladas de peces muertos arrojados al mar, con las consecuencia ambientales que no solo afectó a los pescadores artesanales sino que a cientos de personas que en forma diaria recolectaban mariscos desde las orillas del mar de Chiloé.
2.1.4 Marea roja y las salmoneras
Según estudios realizados “Las floraciones algales nocivas o mareas rojas son eventos naturales que ocurren en la mayoría de los océanos del mundo” (Lembeye 2006, Anderson 2012). El primer registro de una floración tóxica en Chile ocurrió en 1972 en la región de Magallanes, “causado por el dinoflagelado Alexandrium Catenella, agente biológico productor del Veneno paralizante de mariscos (Guzmán, 1975). Posteriormente fue observada por primera vez en muestras cualitativas en el extremo sur del Archipiélago de Chiloé en 1998 (Lembeye, 1998). Dado que en el mar interior del sur de Chile se ha desarrollado la actividad acuícola de mejillones y salmones, la presencia de Alexandrium Catenella y sus toxinas representan una amenaza para la salud pública (Molinet, 2003), con impactos productivos y económicos en la pesca artesanal (Seguel, 2010) y en la industria acuícola ( Mardones, 2010). Por lo tanto, es conveniente conocer las condiciones ambientales que favorecen el crecimiento de las floraciones algales nocivas, para poder en el futuro adoptar las medidas que reviertan los daños medioambientales. Varios estudios de laboratorio han analizado el efecto de la temperatura y la salinidad en la toxicidad y variabilidad genética de células de catenella (Navarro, 2006), así como también el efecto de nutrientes como nitrógeno y fósforo en el crecimiento (Garrido, 2012), perfiles de cistos y toxinas (Bustamante, 2003), a lo que se agrega la luminosidad, salubridad del agua y diferentes y concentraciones de nutrientes. Estudios de cultivo en laboratorio de cepas de catenella provenientes de la Región de Aysén y de Los Lagos han reportado una temperatura óptima de crecimiento de 12 y 15ºC, respectivamente, indicando que estos óptimos pueden variar dependiendo del origen de la cepa (Navarro, 2006, Aguilera-Belmonte, 2013)
Por lo tanto, la industria salmonera en la Isla de Chiloé mucho ha tenido que ver con la aparición de marea roja, generando las condiciones para que el desarrollo de las floraciones algales nocivas, que no solo destruyeron sus propios cultivos, sino que generaron un impacto en toda la economía de la isla de Chiloé que vive de la extracción de peces y mariscos.
Capítulo III. Marco Metodológico 3.1 Tipo de investigación La investigación será de tipo cualitativa con un diseño flexible, a partir de información cualitativa, tendiente a la obtención de resultados. Se fundamentará en el estudio de casos, logrando un examen sistemático del fenómeno que afectó a las recolectoras de orilla, tratando de comprender el significado de dicha experiencia. 3.2 Diseño de Investigación
La presente tesina se basará en un estudio de casos, de mujeres recolectoras de orilla de Castro, quienes comercializan sus mariscos en la Feria Libre de esta Comuna.
Colás (1994), refiere que el estudio de casos consiste en “un examen detallado, completo e intensivo de una situación, de un sujeto o de un evento”. Por su parte Yin citado en Shakir (2002) establece que “el estudio de caso puede estar representado por un fenómeno, situación o acontecimiento social de interés ubicado en una organización, colectivo, comunidad o país claramente delimitados y puede tratarse de un caso único, representativo o excepcional o casos múltiples”.

3.3 Diseño Muestral El diseño muestral fue de caso extremo. Específicamente de muestra orientada hacia la investigación cualitativa; deliberadamente se seleccionó un total de tres mujeres recolectoras de orilla que comercializan los mariscos en la feria libre de Castro, se revisaron diferentes fuentes bibliográficas relacionadas con esta temática, el estudio se realizó en la comuna de Castro entre los meses de septiembre y noviembre del 2016. 3.4 Presentación de Instrumentos de recolección de información La investigación utilizó como técnica de recolección de datos la entrevista cualitativa abierta, flexible e íntima, empleándose un cuestionario con 14 preguntas, sin categorías preestablecidas. Dichas entrevistas fueron grabadas, con el fin de transcribir con exactitud lo formulado por las recolectoras de orilla entrevistadas
Capítulo IV. Presentación y Análisis de Datos
Se procedió a entrevistar a 3 recolectoras de orilla, quienes comercializan sus mariscos en la feria libre de Castro. Se trata de 3 mujeres de 42 años de edad, 58 años y 60 años, de las cuales dos mantienen relación de convivencia, mientras que una de ellas es viuda. Dos de las entrevistas reportan que sus grupos familiares lo integran dos personas, mientras que la tercera entrevista indica que son 3 los integrantes de su grupo familiar; asimismo, dos de ellas provienen del sector rural de Quirahue y una de Rauco, se trasladan en bote y buses para concurrir a la feria de Castro.
Al momento de decretarse la alerta de Marea Roja, estas mujeres recolectaban en las orillas de Quirahue y Rauco mariscos tales como Choros maltones, almejas, choritos, machas, piures, caracoles, cochayuyo, entre otro. Una vez que se decreta prohibición de extraer mariscos por marea Roja, estas mujeres vieron interrumpida su actividad laboral, pero solo desde el punto de vista comercial, ya que continuaron recolectando mariscos en las orillas de los sectores que no presentaban contaminación. Dichos productos no pudieron se transados en el comercio local, dada la desconfianza de la ciudadanía “bueno en el área donde yo recolecto gracias a Dios no fue afectada, pero acá nos afectó porque la gente desconfió y no compraba tampoco” (Recolectora, 42 años). De este modo, las recolectoras de orilla, emplearon los propios mariscos recolectados como fuente de alimentación para palear el desabastecimiento que por esos días afectaba a toda la Isla de Chiloé “Entonces, lo que podíamos recolectar más que nada fue para el consumo de la casa…..comer el producto” (Recolectora, 42 años). La decisión gubernamental de prohibir la extracción y comercialización de mariscos fue una medida que alteró la rutina normal de las mujeres de recolectoras “hubo un receso hasta que ya volvimos a empezar a recolectar de nuevo hasta que ya pasó todo. En los momentos que no se podía, no se recolectó” (Recolectora, 60 años).

Esta medida, ocasionó una fuerte disminución de los ingresos económicos familiares y por lo tanto, dificultades para satisfacer las necesidades básicas, especialmente de alimentación “ya no se pudo vender, no se pudo trabajar en las orillas del mar, porque no se podía sacar mariscos. Bajó con piedad el ingreso de la casa” (Recolectora, 58 años). Al comienzo de la crisis, los mariscos que ya habían sido recolectados, muchos de ellos preparados para venderlos cocidos, pasaron a formar parte de la dieta en los días de crisis y por otro lado, la acción de recolectar tuvo como propósito el satisfacer la alimentación diaria de las familias de las recolectoras “continúe en menor cantidad, pero continúe haciéndolo por el consumo personal” (Recolectora, 42 años). Una vez superada la emergencia y luego que se levanta la prohibición de extracción, las tres colectoras continuaron recolectando mariscos en el mismo lugar donde lo realizaban antes de la prohibición “ ósea se suspendió en el momento de .., pero después volví al mismo lugar” (Recolectora, 60 años).
“seguí en el mismo lugar, porque los mariscos allá donde vivimos nosotros no tenían nada” (Recolectora, 58 años)
Dada la imposibilidad de comercializar los mariscos producto de la falta de demanda por parte de los consumidores, las tres mujeres entrevistas, redefinieron su fuente de ingresos, dedicándose a trabajar sus pequeños huertos caseros, mediante los cuales se auto abastecían, pero además lograban utilidades al comercializar hortalizas, huevos y aves, los que lograban una alta demanda por parte de la comunidad dada la carencia de alimentos, producto de las movilizaciones que impedían el ingreso de víveres a la isla “trabajar un poquito en su huerta, en el invernadero..” (Recolectora, 42 años); “trabajé en el campo. Trabajé en el huerto, en mi invernadero” /Recolectora, 60 años); “estuvimos trabajando en el invernadero, en la agricultura no más, en la huerta Fue bajo, bajó el rendimiento de todo” (Recolectora, 58 años). Por lo tanto, las 3 recolectoras lograron reconvertir su actividad laboral y ser resilientes frente a la crisis que les afectaba a su principal fuente laboral.
De las mujeres entrevistadas, la mayoría definió la situación vivida durante la crisis como incierta e insegura, con poca claridad respecto a su futuro laboral y familiar, con escasa información y en muchas oportunidades con información tergiversada por parte de las propias autoridades, ya que no existía claridad respecto al fenómeno que afectaba a la isla, si esto era consecuencia de la marea Roja o de la contaminación de las salmoneras, el rumor se apoderó de toda la comunidad, ya que semanas antes extraoficialmente se comentaba del vertimiento de salmones muertos en el mar de Chiloé. La inseguridad frente a un panorama incierto, unido a las dificultades para satisfacer las necesidades básicas, dado el desabastecimiento en el comercio local, creaba un clima de intranquilidad y preocupación “ nerviosismo, de incertidumbre por que no sabíamos que iba a pasar y tampoco se podía trabajar en los centros de cultivos, porque los centros de cultivos cerraron todos” (Recolectora 42 años); “mal, porque no había ingreso de plata, porque a nosotros lo que más nos genera plata son los mariscos (Recolectora, 58 años) , “había poco para venir para castro, había que guardar combustible que estaba tan escaso, para ponerle al motor” (Recolectora, 60 años). Por un lado, existía la prohibición de las autoridades para extraer y comercializar los productos del mar y por otro, la fuerte reacción de la comunidad que solidarizó con los pescadores uniéndose a las movilizaciones que mantuvieron a la Isla en el aislamiento total.
No obstante a lo anterior, durante la crisis estas mujeres lograron satisfacer las necesidades básicas de la familia, para lo cual las tres entrevistadas pudieron rápidamente reconvertir su actividad laboral, trabajando sus propios huertos caseros, comercializando hortalizas, huevos y aves de corral “ gracias a Dios en el campo tú tienes tus papas guardas, tú tienes tus gallinitas, tus huevos, entonces hay que salir… rasguñar como se dice” (Recolectora, 42 años); “con mi trabajo, mi huerto, mi invernadero, aparte que no solo vendo lo que recolecto en el mar, sino lo que trabajo en mi huerto, mis verduras” (Recolectora, 60 años). Entonces, cuando la crisis en Chiloé se encontraba en su máxima expresión y ya el desabastecimiento agotaba a la comunidad chilota, estas mujeres recolectoras encontraron en ese desabastecimiento la posibilidad de comercializar sus productos cosechados desde sus invernaderos y huertos caseros.
Entre los problemas que estas mujeres enfrentaron durante la alerta de marea roja y contaminación, solo una de ellas manifestó que debió enfrentar deudas, mientras que las restantes enfrentaron la crisis con sus reservas alimenticias y con sus cultivos “gracias a Dios no tuve problemas, por que como se dice Dios provee y de hambre no nos deja morir. Acá en Chiloé por lo menos de hambre no nos deja morir, en otras partes si hay sufrimiento y hambre, pero aquí no, aquí hay cualquier cosa para comer. (Recolectora, 42 años); “ No tuve problemas, porque como le digo... no solamente me dedico a recolectar cosas del mar, sino que también la agricultura, la crianza, crio gallinas” (Recolectora, 60 años).
Los días de suspensión de extraer productos del mar, unido a las movilizaciones de la comunidad de Chiloé, provocó al principio provocó estrés e incertidumbre como anteriormente se indicó, pero con el transcurrir de los días recolectoras entrevistadas, se dedicaron al desarrollo de otras faenas comerciales, que lograron paliar parte de los efectos provocados por alerta sanitaria “me dediqué a mi huerta, crianza de animales” (Recolectora, 60 años); “mal porque no habían ni cosas, , nosotros teníamos que venir por bote para poder venir a castro a comprar algo porque estaban todas las necesidades, la harina, la azúcar, el café, todo. Estuve mal, los que más fuimos afectados fuimos los recolectores de orilla no más y de ahí la otra gente que hizo huelgas, esos fueron los que más se beneficiaron. Subieron las cosas” (Recolectora, 58 años). Esta idea fuerza, da cuenta del descontento de las recolectoras de orilla frente a los beneficios alcanzados por los pescadores, de los cuales ellas se sintieron postergadas. En tal sentido, ninguna de las 3 recolectoras participaron en las movilizaciones, marchas y protestas en Chiloé, manteniéndose marginadas del movimiento que paralizó completamente al archipiélago “a mí por ejemplo como recolectora de orilla y muchos de mis compañeros que trabajan en lo mismo acá, ni siquiera nos llegó mil pesos, nada, porque hubieron bonos de recolectores de orilla y toda la cuestión como se dice, pero eso llegó para algunos nomás, para los que estaban inscritos en el registro pesquero” (Recolectora, 42 años). Entonces, estas recolectoras no solo han realizado una actividad completamente informal, sino que además no se encuentran inscritas en ningún registro como recolectoras de orilla, lo que les afectó para no percibir el bono que el gobierno entregó a los afectados por la Marea Roja: “Nosotros no estamos inscritos en el registro pesquero, entonces no nos tocó y los que están, no a todos les tocó también“ (Recolectora, 42 años). En la mayoría de las 3 entrevistadas, estas exteriorizan malestar frente a la forma en que se otorgó ayuda a los afectados por la alerta sanitaria; sin embargo, asumen su exclusión como consecuencia de la no inscripción en los registro de pesca y por su falta de participación en las movilizaciones de los pescadores artesanales ”tampoco averigüé; como tampoco yo estuve en las movilizaciones, entonces tampoco tenía derecho: Porqué voy a andar reclamando algo que yo no estuve pidiendo?“ (Recolectora, 60 años); “a nosotros no nos tomaron en cuenta, porque éramos solo recolectores de orilla y no teníamos los papeles de sanidad, por eso no nos dieron ningún beneficio” (Recolectora, 58 años).
Referente a la visión que las recolectoras de orilla, tienen respecto a la extracción de recursos naturales por parte de las empresas salmoneras, las tres coinciden que ellas tienen similares derechos en la extracción de mariscos, dado que son originarias de Chiloé, en cambio las empresas las definen como instituciones foráneas, responsables de la contaminación del mar “Las salmoneras contaminaron el mar; de hace muchos años que están contaminando. Yo creo que no fue marea roja” (Recolectora, 60 años). Por lo tanto, las tres coinciden en definir como contaminación y no marea roja la crisis que les afecto en el presente año. “Esto no fue marea roja, eso es pura mentira de la autoridad. Lo que se echó a perder aquí en Chiloé fueron las autoridades, no hubo marea roja...Eso lo hicieron las autoridades quizás para qué” (Recolectora, 58 años). De este modo, entre las recolectoras existe la sospecha, por un lado respecto hacia las empresas salmoneras y por otro lado hacia las autoridades, que no fueron capaces de controlar y supervisar la actividad de la industria del salmón y los efectos que provocaban en el medio ambiente. Las recolectoras, conocen de sus derechos y privilegios frente a la extracción artesanal de los recursos, porque son parte de la cultura y tradición de la isla “ellos son empresarios, vienen de afuera y nosotros somos los chilotes, primero estamos los dueños de casa y después debería ser el resto, pero no es así.” (Recolectora, 42 años). No obstante, a la crítica de las recolectoras hacia las empresas salmoneras, especialmente por la contaminación, en ellas aflora el sentido de solidad frente a la explotación de las riqueza naturales., sentido de solidaridad del que carecen las empresas que han explotado el mar de Chiloé sin importar las consecuencia en el entorno ni en las personas que viven de la recolección de mariscos y de la pesca artesanal “somos dueños todos, no solamente las empresas grandes. Yo creo que todos tenemos derechos. No es que seamos dueños, tenemos un derecho; un derecho la gente que vive en cada localidad... (Recolectora, 60 años). Entonces, estas mujeres conocen su entorno y las características del mar, saben de mareas altas y bajas, tienen conocimientos de los yacimientos de mariscos, porque se han empapado toda su vida de esta tradición ancestral, heredado por sus “mayores” como en Chiloé se expresa; es por eso que tienen la convicción y seguridad que en Chiloé no ingresó la marea roja, pero si la acción descontrolada las trasnacionales salmoneras “ uno toda la vida, año tras años mariscando y nunca ha pasado nada, nunca. Y si algún día llegara la marea roja, no sale nunca más., porque son aguas muertas de canales” (Recolectora, 58 años):
Entonces, esta crisis que afectó a Chiloé, sorprendió a estas mujeres trabajadoras del mar, quienes no se encontrabas preparadas para experimentar esta experiencia; sin embargo, las tres recolectoras pudieron resolver el problema de abastecimiento gracias a los cultivos familiares y a la crianza de aves de corral “como se dice hay que ponerle el pecho a las balas” (Recolectora, 42 años); “tenía mi huerta, mis aves y mis verduras” (Recolectora, 60 años).
Finalmente, ya superada en parte la contingencia y levantada la alerta de marea Roja, estas mujeres han retornado a las orillas del mar para extraer los mariscos que hoy vuelven a comercializar en la feria de Castro; pero además, combinando dicha actividad con los trabajos en sus huertos caseros: “sigo siendo recolectora de orilla y tengo mi pequeño huerto y un invernadero” (Recolectora, 42 años); “recolecto mariscos y también mis verduras. Sigo en lo mismo” (Recolectora, 60 años); “Trabajando en la agricultura y recolectando en la orilla de la playa y vendiendo en la feria” (Recolectora, 58 años).
Chiloé, ha retornado a la normalidad, pero es una normalidad aparente por que la industria salmonera también continua operando igual que las recolectoras de orilla y probablemente, en un futuro cercano, ambos se volverán a observar desde diferentes veredas: por un lado la empresa salmonera reclamando indemnizaciones por una nueva crisis y por otro lado las recolectoras de orilla observando nuevamente cómo vuelve a contaminar el mar y los recursos que desde su infancia las han alimentado.

Capítulo V. Conclusiones
Al finalizar la presente investigación se concluye lo siguiente:
- Las Empresas Salmoneras de Chiloé han explotado el mar sin límites, ejerciendo un dominio territorial sobre los recursos naturales, hasta el agotamiento o exterminio. Son responsables de la contaminación que afectó a la Isla de Chiloé en el mes de mayo del año 2016. Cuentan con un marco normativo, que les otorga facilidades para explotar los recursos sin las regulaciones que garanticen en un ambiente saludable para comunidad chilota.
- Las empresas que operan en la isla de Chiloé han provocado impactos medioambientales, que impiden que otras áreas productivas se desarrollen, principalmente de aquellos que ejercen un oficio informal en el mar.
- En el mes de mayo y junio del año 2016 lo que afectó a Chiloé fue que más de 23 millones de salmones se encontraban muertos y en descomposición en jaulas de las costas chilotas, las que fueron arrojadas al mar. Dicha mortandad tenía su origen en 38 centros de cultivo pertenecientes a 14 empresas salmoneras.
- Transcurridos un par de meses desde que las empresas salmoneras arrojan sus desechos al mar se produce la crisis ambiental con la aparición de animales muertos a las orillas tales como aves, peces, mariscos y lobos marinos, entre otros.
- Al momento de decretarse la alerta de Marea Roja, las mujeres recolectaban de orillas de este estudio recolectaban mariscos tales como Choros maltones, almejas, choritos, machas, piures, caracoles, cochayuyo, entre otros.
- Una vez que se decreta prohibición de extraer mariscos por marea roja, estas mujeres vieron interrumpida su actividad laboral, pero solo desde el punto de vista comercial, ya que continuaron recolectando mariscos en las orillas de los sectores que no presentaban contaminación. Dichos productos no pudieron ser transados en el comercio local, dada la desconfianza de la ciudadanía.
- Las recolectoras de orilla, emplearon los propios mariscos recolectados como fuente de alimentación para palear el desabastecimiento que por esos días afectaba a toda la Isla de Chiloé.
- La alerta de Marea Roja, ocasionó una fuerte disminución de los ingresos económicos familiares de las recolectoras de orilla y dificultades para satisfacer las necesidades básicas solo al inicio de la crisis decretada por el gobierno, dado que las recolectora emplearon otras estrategias para generar recursos económicos.

- Dada la imposibilidad de comercializar los mariscos producto de la falta de demanda por parte de los consumidores, las recolectoras de orilla redefinieron su fuente de ingreso, dedicándose a trabajar sus pequeños huertos caseros, se auto abastecían, pero además lograban utilidades al comercializar hortalizas, huevos y aves, los que lograban una alta demanda por parte de la comunidad dada la carencia de alimentos, producto de las movilizaciones que impedían el ingreso de víveres a la isla. Si bien, estos ingresos económicos no eran significativos en el monto, eran comparables o cercanos a los obtenidos por concepto de ventas de mariscos.
- Las recolectoras de orilla definieron la situación vivida durante la crisis como incierta e insegura, con poca claridad respecto a su futuro laboral y familiar, con escasa información y en muchas oportunidades con información tergiversada por parte de las propias autoridades
- Las entrevistadas no se encuentran inscritas en ningún registro como recolectoras de orilla
- No percibieron el bono que el gobierno entregó a los afectados por la Marea Roja
- La entrevistadas, exteriorizaron malestar frente a la forma en que se otorgó ayuda a los afectados por la alerta sanitaria; sin embargo, asumen su exclusión como consecuencia de la no inscripción en los registros de pesca y por su falta de participación en las movilizaciones de los pescadores artesanales.
- La crisis que afectó a Chiloé, sorprendió a estas mujeres trabajadoras del mar, quienes no se encontraban preparadas para experimentar esta experiencia; sin embargo, lograron resolver el problema de abastecimiento gracias a los cultivos familiares y a la crianza de aves de corral.
- En la actualidad, estas mujeres han retornado a las orillas del mar para extraer los mariscos que hoy vuelven a comercializar en la feria de Castro; pero además, combinando dicha actividad con los trabajos en sus huertos caseros.
Finalmente, se logra comprobar medianamente el supuesto de Investigación, ya que las recolectoras de orilla vieron interrumpida su actividad laboral, pero desde el punto de vista de la comercialización, por que continuaron recolectando mariscos para el consumo personal; además, lograron generar ingresos económicos, a través de la reconversión de su actividad laboral. Asimismo, se logró verificar que no se encuentran inscritas en ningún registro de recolectoras de orilla y que no fueron beneficiarias de los bonos que el Estado otorgó a los pescadores de Chiloé para paliar la crisis de la marea roja.
Recomendaciones y/o propuesta sobre el tema abordado
- Se propone eliminar el decreto ley N° 600 de 1974, órgano legal que otorga amplias facilidades y condiciones, con extremas garantías y privilegios a las empresas extranjeras para que inviertan en el país: Franquicias aduaneras, exención de impuestos, liberación de derechos de internación, derechos consulares, rol de aval del Estado para el Crédito externo, entre otros.
- Se recomienda aumentar la supervisión y control de la autoridad frente al funcionamiento de las empresas salmoneras, imponiendo sanciones ejemplificadoras a aquellas que contaminen el medio ambiente.
- Es imperativo eliminar las indemnizaciones por parte del Estado a aquella empresas que se vean afectadas por pérdida de sus cultivos
- Determinar reparaciones e indemnizaciones a las comunidades afectadas por la contaminación por parte de las empresas involucradas.
- Implementar un catastro con los antecedentes de identificación de todos los recolectores de orilla, de tal forma de responder en forma oportunidad y con los afectados directos antes las emergencias sanitarias.
- Imprentar estrategias para incentivar la inscripción en el registro de recolectoras de orilla de personas que desarrollan dichas faenas
- Implementar campañas educativas respecto a la participación de los recolectores de orilla en los procesos sociales y en las organizaciones relacionadas con su rubro.
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