Por Juan Carlos
Márquez Mora (Chile). Licenciado en Trabajo Social Universidad de los Lagos.
Diplomado internacional en Derechos Humanos y empresas en Fundación Henry
Dunant - América Latina. Actualmente cursa maestría en ciencia, tecnología e
innovación.
Cuando nos detenemos a pensar en los grandes
movimientos sociales que nacen como
consecuencia de los impactos negativos en el medio ambiente, principalmente en
los riesgos que provocan en la humanidad por
la utilización de tecnologías que privilegian la producción por sobre los
costos y riesgos en la vida de las personas: Es Monsanto uno de los nombre que aparecen
asociados a muchas de esas movilizaciones y campañas que han congregado
a millones de personas que se manifiestan en defensa de la vida y de su
entorno.
Monsanto, durante sus
más de 100 años de existencia ha sido beneficiada por un Marco legal universal que
le ha permitido operar impunemente, impactando en forma negativa en el medio ambiente del planeta y en la salud
de las personas. Sin embargo, esa
realidad se modifica (Vara, 2012) “a partir de la acumulación de denuncias de
movimientos sociales, apoyados por la red transnacional de protesta, en
relación con los problemas de salud en poblaciones rurales o peri-urbanas,
vinculados al uso de agroquímicos”. Por lo tanto, la impunidad comienza a cambiar no solo en
Argentina (Vara, 2012) “con las
Madres de Ituzaingó, una agrupación de vecinas de esa localidad periurbana de
la provincia de Córdoba, que denunciaron casos de cáncer y malformaciones
atribuidos a las fumigaciones de los campos de soja”, sino que en el resto del planeta por un
sinfín de hechos aislados que logran
acumularse en una voz universal. Ahora
bien, el descontento hacia la transnacional Monsanto se arrastraba sin
amplificación por varias décadas; pero sin lugar a dudas y tal cual lo expresa
en sus distintas publicaciones Ana María Vara, las denuncias de los movimientos
sociales cumplen un rol importante para
el cambio de opinión de la comunidad internacional hacia dicha Compañía,
logrando un hito en el descontento mundial en el año 2011 donde el
malestar se exterioriza a través de la
Campaña internacional denominada: “Millones contra Monsanto” la que congregó a millones de personas de
distintas naciones del mundo para protestar contra esta Compañía. La Campaña
Millones Contra Monsanto fue “iniciada por la Asociación de Consumidores
Orgánicos para contrarrestar el abuso de la biotecnología de Monsanto, defender
la agricultura campesina, la soberanía alimentaria, la alimentación tradicional
y las semillas originarias” (ONG, millones contra Monsanto, 2011). Es durante
el año 2011, donde se producen varios
fenómenos y acontecimientos que involucran a la transnacional: Las acciones Judiciales de las Madres de Ituzaingó en Córdoba (El Mundo, 2013); la prohibición de las mieles
que contenían rastros de polen del maíz transgénico MON810 de Monsanto por
parte de la UE; los más de 300 casos de contaminación por transgénicos conocidos
en todo el mundo durante ese año; la celebración de la conferencia europea por
la soberanía alimentaria realizada en
Austria en agosto del 2011, la demanda
presentada por la Autoridad Nacional de Biodiversidad contra Monsanto por
biopiratería; las acciones de Greenpeace
en Julio de ese año denunciando que Monsanto producía semillas de dos variedades de maíz
transgénico desacatando la legislación sobre bioseguridad, las denuncias del Gobierno Indio
en julio de 2011 sobre control
monopólico de la producción del algodón, las protestas en marzo de 2011 del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra, La Vía
Campesina y otros movimientos sociales contra el uso excesivo de agroquímicos
en Brasil, las revelaciones en agosto de 2011 del Servicio Geológico de Estados Unidos sobre hallazgos de partículas de glifosato en el agua de lluvia y los ríos de la cuenca
del Mississippi usado en los cultivos transgénicos; la creación de la alianza para la Soberanía Alimentaria
en África en diciembre de 2011( Zacune, 2012), entre otras
acciones y acontecimientos que involucran a Monsanto, revierten el cómodo
panorama mundial del que gozaba esta trasnacional. Por lo tanto, es en este
contexto, principalmente las convulsiones de los movimientos sociales
ecologistas y campesinos enmarcados en la Campaña “Millones contra
Monsanto” del año 2011, por el que he decidido
analizar la forma y el fondo en que Monsanto comunica sus logros en medio de esta
crisis: La protección al medio ambiente, beneficios sociales, sustentabilidad, actores
sociales, aporte a los DDHH.
Dicha comunicación de la Transnacional, materializada
a través del Informe de Sustentabilidad 2011, da cuenta de los riesgos en su accionar tecnológico, minimizando
la problemática ambiental y de salud,
pero fortaleciendo su compromiso con el ecosistema y con los
Derechos Humanos, lo que en aquel año
era fuertemente cuestionado por la comunidad Internacional y que hasta el día de hoy continua siendo la
bandera de lucha de los actores sociales comprometidos con el medio ambiente.
De acuerdo al Informe de
Sustentabilidad 2011 de la Transnacional Monsanto, la Compañía exhibe su
contribución al desarrollo sostenible a través de los beneficios asociados al
uso de semillas genéticamente modificadas y de agroquímicos. Demuestran su
compromiso ambiental mediante el incentivo de iniciativas orientadas tanto al
aumento de la productividad agrícola como a la reducción de su impacto, además
de destacar su labor social a través de la generación de oportunidades y
herramientas que permiten mejorar las condiciones económicas y de vida de la
comunidad. Particularmente, se hace referencia al aporte ecológico de sus
programas, aludiendo al cumplimiento de metas como la reducción del uso de agua
y energía, además de baja en la emisión de gases de efecto invernadero. En sí
mismo, el informe plantea una serie de indicadores que muestran su fuerte
compromiso con las directrices internacionales, principalmente con la reducción
del hambre, mitigación contra el cambio climático, conservación de los recursos
naturales y el fomento del desarrollo rural.
La problemática con
respecto a los planteamientos del informe se evidencia en el discurso utilizado
por la transnacional, pero principalmente se sustenta en lo que Foucault (2008)
señala respecto al discurso, la idea del poder y del saber en la práctica. En
sí mismo, la práctica discursiva del informe presenta un sesgo hacia el
beneficio de sus actividades, omitiendo información respecto a las desventajas
asociadas a sus productos tanto en aspectos sociales como ambientales. Por
ejemplo, el informe no hace referencia a los potenciales problemas de salud
asociados al uso de organismos genéticamente modificados y de agroquímicos
(Gianfelici, 2009). Así mismo, el informe menciona los beneficios de sus
productos para el aumento de la productividad de un cultivo, ya sea mediante el
uso de una determinada semilla o agroquímico, no obstante, no menciona los
impactos negativos que tienen estas prácticas sobre la biodiversidad a nivel genético,
específico y eco sistémico (FAO,2015).
Además, omiten los impactos asociados a la expansión del agro y al uso
de monocultivos como son la presentación de procesos erosivos, desforestación y
fragmentación de hábitats (Samaniego, 2012). Por otro lado, el informe
evidencia el predominio de un discurso hegemónico y tecnocrático en el agro,
invisibilizando tanto a campesinos como a otros tipos de producción (Cadenazzi,
2009). La compleja tecnología que ha desarrollado la industria agraria
transnacional ha profundizado las brechas tecnológicas, económicas y sociales
entre los pequeños agricultores y la gran industria, lo que ha impulsado la
migración de comunidades agrarias hacia la ciudad o el sometimiento de estas a
la dirección y tecnificación de la transnacional (Brand, 2005), conllevando a
la pérdida de identidad, cultura y cosmovisión de las comunidades rurales o
indígenas (Cadenazzi, 2009). Según lo descrito por la FAO (2015), las
directrices que contempla el desarrollo de una agricultura sostenible, se
enmarcan en el equilibrio de lo social, económico y ambiental, no obstante,
enfatiza el rol de la gobernanza como un proceso transversal y esencial. Jessop
(1998), Stocker (1998) y FAO (2015)
indican que el proceso de gobernanza implica la interacción entre diferentes
actores con el fin de construir un consenso a través de relaciones de
coordinación, interdependencia y cooperación, además señalan que los procesos
asociativos se fundan en la premisa de que los actores involucrados deben
compartir conocimientos en la búsqueda de un consenso y retroalimentación. A
partir de esto, la realidad tras el éxito expuesto por parte de Monsanto,
evidencia una pérdida de la
diversidad productiva y cultural de América Latina, excluyendo la consecución
de saberes ancestrales y tradicionales en relación a la agricultura, lo que se
traduce en la perdida de la heterogeneidad del conocimiento y en la vulneración
de derechos y cosmovisiones del mundo agrícola.
En síntesis, el informe de
Monsanto, se construye como éxito a través de la presentación de una serie de
indicadores sociales y ambientales, no obstante, Foucault (2008), señala que
tanto indicadores como sus promedios son, en su mayoría, cifras que enmascaran
tremendas desigualdades sociales, económicas, culturales y educacionales.
Respecto a los principales actores involucrados en estas políticas desarrolladas por Mosanto son: ONG´s ambientales
(agrupadas bajo la forma de Grupo de Defensa de los Ciudadanos), pequeños y medianos productores,
comunidades aledañas, trabajadores de la empresa y estructuras de poder
relacionadas al Estado
Actores
beneficiados:
La política de derechos humanos y el
modelo de desarrollo implementado por Monsanto en Argentina tiene como
principales benefactores a actores externos a los alcances ambientales de las
operaciones de la compañía.
La política de apoyo a programas de
desarrollo se concentra a través de su programa Semillero de Futuro. Un
análisis simple de los beneficiados por el programa demuestra que alrededor del
50% de los beneficiados corresponden a instituciones que no tienen relación con
la naturaleza de los problemas que genera la compañía en materia
medioambiental. Este 50% se concentra en instituciones de tipo Cooperadora
Escolar, Taller Protegido/Escuela Especial y Obispado/Cáritas. Esto contradice
el Informe del Representante Especial del Secretario General donde detalla que
“como la obligación de respetar los derechos es una expectativa básica, una
empresa no puede compensar el prejuicio causado a los derechos realizando actos
de beneficencia en otra parte”.
Los otros beneficiados son los propios
trabajadores de la empresa, los cuales cuentan con una serie de capacitaciones
y aseguramiento de derechos humanos en el marco del aseguramiento del
cumplimiento de buenas condiciones de trabajo.
Actores Afectados: Los principales
actores afectados son los pequeños y medianos productores, los modelos de
agricultura familiar y las comunidades aledañas a las vastas tierras donde se
aplican los cultivos de Monsanto. El impacto de las fumigaciones,
desplazamiento de comunidades y pueblos indígenas, contaminación por el uso de
herbicidas y agrotóxicos y sobre todo proceso de concentración y centralización
de capitales en la agroindustria y en la provisión de semillas lo que ha generado
una pérdida en el poder de decisión de los afectados. Asimismo, (Varas, Piaz, Arancibia.
2012) “tampoco hay
muchos estudios sobre cuáles son sus efectos en los organismos del suelo, el
agua. Aparecen estudios de que tiene efectos en la salud de la gente, encima en
Argentina hay muchos casos de fumigaciones cerca de viviendas, pueblos, que no
es para lo que está hecho el glifosato, que se tiene que aplicar en cultivos”
Monsanto al trabajar en un área
extremadamente sensible como son los productos alimenticios de consumo humano y
la actividad agrícola, la cual representa la fuente de trabajo enorme para la
población rural de la región y un porcentaje importante del PIB en los países de la región Latinoamericana. Específicamente
en Argentina el 20 % de las
exportaciones del año 2015 fueron de la
industria agropecuaria. Esto implica que los derechos en juego a través de la actividad de Monsanto son
enormes dada la extensión y relevancia de sus actividades, pudiendo
afectar no sólo a sus trabajadores, comunidades cercanas, economía regional y
nacional, a los consumidores de sus productos, al medio ambiente, la biodiversidad y al
ecosistema.
Tanto
el informe de sustentabilidad de Monsanto del año 2011, como el código de
conducta de la empresa poseen secciones
en que se refieren explícitamente al compromiso de la empresa por el respeto
por los Derechos Humanos y el medio ambiente.
Monsanto en su informe adhieren en el ejercicio de su actividad empresarial y comercial a los
principios rectores sobre las empresas y los derechos humanos de Naciones
Unidas, Marco conceptual Ruggie, sin embargo no hace mención explícita a ningún
instrumento internacional de derechos humanos, utilizando un lenguaje bastante
vago e impreciso en que se suele confundir los derechos humanos con valores
éticos o integridad
El informe de sustentabilidad
sólo aborda el compromiso con los derechos humanos de los trabajadores de la
empresa excluyendo cualquier referencia a los derechos humanos que
potencialmente podrían estar afectados por su actividad en un radio más amplio
que los muros de su establecimiento. Excluye explícitamente sólo: “no al trabajo forzado, no al trabajo infantil,
horas máximas de trabajo, seguridad, no discriminación ni hostigamiento,
libertad de asociación, compensaciones y medio ambiente”.
En el ámbito medio ambiental, el informe
invoca las certificaciones, entre ellas
la ISO 14001 , la principal limitación
con ISO 14001 que no hay requisitos específicos. Esto quiere decir que una
empresa con metas muy ambiciosas y una con metas más modestas, pueden ser
certificadas por igual. En algunos casos, una certificación ISO 14001 sólo
significa que la empresa ha desarrollado un plan de protección ambiental y que
está cumpliendo con las leyes nacionales referentes al medio ambiente, mientras
que para otras, implica mucho más que eso. La única mención a una posible
vía para exigir el cumplimiento de la política de derechos humanos es la
referencia a líneas telefónicas abiertas para posibles reclamaciones y casillas
de correo en las cuales los empleados pueden hacer llegar sus inquietudes o
preguntas, o bien denunciar alguna violación a cualquier política de control
interno. Estas inquietudes y preguntas pueden realizarse en forma anónima y
confidencial.
La política de protección de derechos humanos
del informe de sustentabilidad 2011 de Monsanto Latinoamérica Sur es bastante
reducida, limitándose a tener como únicos destinatarios a sus trabajadores,
omitiendo cualquier referencia a una política de respeto de derechos humanos de
las comunidades cercanas o de los
consumidores de sus productos. A la luz de lo antes dichos la políticas de
derechos humanos contenida en este
informe de sustentabilidad parece ser incompleta e insuficiente para hablar de
una debida diligencia exigida en el marco conceptual ONU de empresa y derechos
humanos.
Así dentro de los derechos humanos no considerados en este informe y que podrían ser afectados por
la actividad de Monsanto, es posible enumerar sucintamente:
-Derecho a la vida y a la integridad física
vinculado con la bioseguridad. En consideración de los riesgos potenciales de
los productos genéticamente modificados y de los agroquímicos, especialmente
Round up formalmente declarado como potencialmente cancerígeno por la OMS en
abril del 2016.
- Ausencia
de una política de género en el informe
- Ausencia de referencia a los derechos de
las comunidades indígenas (Declaración universal de los pueblos indígenas ONU y
convenio OIT 169)
-Biodiversidad
(Convenio sobre la biodiversidad 1992 y Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad)
Por otro lado, en el informe Monsanto intenta adherir a los
principios de integración y diversidad:
-Uso de trabajadores migrantes: según lo que
ellos manifiestan buscan que dentro de sus campamentos de trabajadores
temporales, estos tengan todo tipo de asistencia, infraestructura adecuada para la permanencia
digna. Además de cumplir con las
obligaciones legales sobre migración.
-Política de diversidad e inclusión: Comunican
en su informe que incorporan a mujeres a sus actividades que no se presenten
riesgos, impulsando el crecimiento profesional y laboral. Además, según lo mencionado en su informe, incentivan al cuidado de la salud y
condiciones de trabajo adecuado.
-Generación de empleo de todo tipo en zonas
de influencia: es de interés el crecimiento de sus operaciones y por la
magnitud de estas, generan oportunidad de trabajo, impulsando el crecimiento
económico de las comunidades, mejorando
su condición de vida.
En lo positivos, se destaca el aporte de Monsanto al desarrollo
de la ciencia, la tecnología e
innovación. Introduciendo maquinarias,
herramientas y tecnologías sofisticadas que han permitido mejorar los
procesos productivos en cuanto a rendimiento, disminución de costos, ahorro de
tiempo. Así mismo, ha incorporado al mercado innovaciones, especialmente en la
modificación de semillas y procedimientos creativos para aumentar la variedad
de estas. Monsanto, ha realizado una importante contribución a la ciencia, con
la presencia de laboratorios y estudios que le han permito alcanzar un gran
protagonismo en el contexto científico mundial.
Las áreas de negocios que desarrolla Monsanto Latinoamérica Sur,
de los que da cuenta en el reporte
de Sustentabilidad año 2011, se refieren a
tres categorías: Semillas y biotecnología, protección de cultivos y
Vegetales. En cuanto a Semillas y
Biotecnología, Monsanto se ha caracterizado por introducir innovaciones en el
plano de las semillas, interviniéndolas y mejorándolas. Sin embargo, en este proceso lo que realmente realiza es
modificar la cadena del ADN de las semillas autóctonas y nativas,
introduciéndole productos químicos que transforman a estas semillas en elementos más duraderos y
resistentes a las plagas. Por lo tanto, esta modificación no solo afecta la
forma de la semilla, sino que también su esencia, lo que puede
transformarse en un elemento perjudicial para la salud humana. Si bien, la
alteración en el ADN de estas semillas se realiza para mejorar el producto, no
es menos cierto que aún se continúan aplicando pesticidas ya que estos cultivos
no son inmunes a la presencia de enfermedades. Ahora bien, al consumir productos genéticamente
modificados, el organismo humano ingiere elementos que no se encuentran en la
naturaleza y cuyo procesamiento podría ocasionar algunas patologías relevantes
en las personas, dado que el ser humano se enfrenta a una alteración del ADN
sin experiencia empírica sobre las consecuencias en el organismo. Respecto a la
Protección de cultivos y vegetales: Monsanto se caracteriza por producir
agroquímicos de alto impacto en la comunidad. En su estudio de sustentabilidad
destacan el Herbicida Roundup que
combate plagas y malezas. Sin embargo, existen antecedentes significativos
respecto al daño que estos herbicidas ocasionan
en la salud de las personas, no solo al exponerse en los procedimientos de
aplicación del agroquímico, sino por los residuos que quedan de este producto
en los alimentos de consumo humano o
bien por la contaminación que provocan
en las aguas, especialmente en las napas subterráneas. El principal componente
del Roundup es el glisofato, químico que
se encuentra asociado a patologías tales como
Deficiencias nutricionales y toxicidades sistémicas. En tal sentido,
Monsanto, ha comercializado este producto con publicidad engañosa,
señalando que se trata de un producto
biodegradable y amigable con la naturaleza, lo que escapa completamente de la
verdad. (Vara, 2004) habla de “la crisis ambiental causada
por el uso intensivo del glifosato y, en general, por el impacto del
monocultivo de soja”, a lo que se unen otras semillas, como el maíz y el trigo
que provocan un agotamiento de la tierra, dada la poca rotación de los cultivos
y la utilización intensiva de glifosato.
Entonces, Monsanto, en su accionar afecta los
derechos fundamentales de las personas, pero no solo en el ámbito de la salud,
sino que en los procesos culturales de las comunidades, quienes se han visto
obligadas a cambiar sus costumbres y tradiciones, arraigadas en sus vegetales y
semillas, las cuales han sufrido alteraciones no solo por la incorporación de
transgénicos, sino por la contaminación que se produce en los cultivos y
huertos de las comunidades rurales, provocando verdaderas mutaciones en los
almácigos y cultivos. Entonces, tanto en
Perú, Chile, Argentina y México, casi han desaparecido las semillas nativas,
que en su composición son más sanas, pero que también implican una carga
cultural e histórica significativa, dado la importancia especialmente del maíz
en lo que son las raíces y símbolos que se arrastran desde nuestros pueblos
autóctonos: Los Mayas, Aztecas e Incas, civilizaciones que dejaron como
herencia cultural y de sobrevivencia estas semillas, las que hoy han sido
alteradas por Monsanto, generando un dominio intelectual y legal sobre los
cultivos de nuestros pueblos originarios.
En
definitiva, al analizar el informe de sustentabilidad de Monsanto 2011, es
posible concluir y proponer lo siguiente:
El informe de
Sustentabilidad de Monsanto 2011 no registra
ningún tipo de referencia concreta de comunicación con la población afectada, a pesar de ser considerada como actores, no
se tiene un dato duro que dé cuenta de socialización o consultas con la
ciudadanía. Se debe realizar un acercamiento con la comunidad en las zonas de
influencia: conocer sus necesidades y daños que pueden afectarles.
La
responsabilidad social empresarial debe estar en concordancia con la actividad comercial
y proporcional al grado de impacto que tiene en la comunidad, con planes de
mitigación e intervención directa y no
percibirse las acciones de reparación como caridad o beneficencia.
No se tiene
ningún tipo de información de los efectos y alteraciones en los territorios rurales, por uso de agroquímicos y uso de transgénicos.
Debería hacerse un seguimiento que dé cuenta de efectos potenciales y con base
científica comprobada para tener una base real de intervención para remediar
cualquier daño en pro de la transparencia
invocada por la empresa.
Se deberían establecer mecanismos
extrajudiciales de resolución de conflictos
con la comunidad propiciados por la empresa y que evidencie las
respuestas por parte de la Compañía y la comunidad.
Adecuación de
la empresa con su política interna para reducir el daño que puede provocar por
uso inadecuado de paquetes tecnológicos agrícolas y de material genético modificado en zonas
con riqueza genética nativa y biodiversidad. Para
lo cual es conveniente implementar políticas regulatorias gubernamentales
tendientes a la protección del hábitat de las personas. (Varas, Piaz, Arancibia. 2012) incorporando un “marco regulatorio
de la biotecnología agrícola en la Argentina, concentrándose en cuestiones de
riesgo biofísico y sumando cuestiones que tienen que ver con el comercio
exterior”, lo que debería ser sancionado para todas las naciones en donde opere
Monsanto, incluidas otras empresas relacionadas con los transgénicos y la
utilización de agroquímicos.
Nula consideración de la herencia cultural de
las zonas de intervención. La empresa debe realizar planes de adecuación de sus
políticas internas en vista de realizar una interferencia armónica en la
comunidad, asimismo se necesita política pública que resguarde y mantenga
las raíces de las comunidades rurales.
Se debe considerar ampliar la política interna de
diversidad e inclusión, considerando la vinculación de personas con
discapacidades que puedan realizar trabajos de acuerdo a sus limitaciones.
Intervenir transversalmente la política
empresarial, productiva, comercial y de recursos humanos con una visión de género.
El enfoque en
el que debe realizar el informe de sustentabilidad que presentan debe estar
dirigido al cumplimiento de las políticas de derecho humanos en general,
especialmente los derechos económicos sociales y culturales, y no sólo conformarse con del cumplimiento de las leyes vigentes del
país que realizan sus actividades.
Es importante que Monsanto interprete la queja de actores sociales, no
como una señal de guerra sino que como elementos que le permitan modificar su
conducta de explotación irracional de los recursos naturales. No puede
(Vara,2012) “hablarse de un rechazo a la novedad por sí misma, sino a su
impacto radical en el mercado laboral, a los medios de vida de sectores
organizados, que tomaron conciencia y fueron capaces de responder”.
Finalmente, deseo
concluir este análisis con una frase de Mokyr 1990-1992:
resistance as a
force that shapes technology which requires an adequate analysis : “la resistencia a sus
políticas tecnológica como una fuerza que requiere un análisis adecuado”. Porque tengo
la convicción, que este informe de sustentabilidad no logró interpretar esa
fuerza de la comunidad internacional que se hizo sentir en el año 2011 en casi
todos los países y continentes del mundo a través de la Campaña internacional
denominada: “Millones contra Monsanto”. En este informe, la Compañía hizo oídos
sordos al clamor universal por un mejor ambiente y un planeta más saludable y por lo tanto, no logró recoger ni
interpretar el malestar ni las quejas de la ciudadanía.
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(zacune@gmail.com) Edición: Ronnie Hall (ronnihall@gmail.com) Diseño: Nicolás
Medina, REDES-AT Uruguay Traducción: Alberto Villarreal (comercioredes@gmail) https://viacampesina.org/downloads/pdf/sp/Monsanto-Publication-ES-Final-Version.pdf
- El
Mundo (2013), Página Web:
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